Hoy hablamos de un nuevo estudio de caso publicado el 9 de Enero de 2024 en el diario Journal of Environmental Science and Public Health, del oncólogo e investigador Lennart Hardell de la Environment and Cancer Research Foundation y Mona Nilsson de la Radiation Protection Foundations acerca del empeoramiento de la electrohipersensibilidad de una mujer mayor y de su pareja tras la instalación de antenas de telefonía 5G en su entorno residencial.
El estudio revela altos niveles de radiación 4G/5G en el interior de la vivienda
En cambio, la radiación emitida a frecuencias de 2G y 3G fue mucho más baja.
La mujer de 82 años padecía de electrohipersensibilidad desde hace casi cuatro décadas que se agravó alrededor de febrero/marzo de 2023, poco después de la instalación de dos estaciones base 5G en su barrio. Su marido de 83 años que no mostraba hipersensibilidad electromagnética previamente, también desarrolló síntomas que se sabe que fueron causados por radiaciones electromagnéticas, aunque en menor medida. La vivienda donde residen es una casa de una sola planta con sótano, y las estaciones base están ubicadas a distancias de 538 y 489 metros.
Las estaciones base 5G arrojaron altos valores de radiación de en el rango de frecuencias utilizado para la 5G, siendo el más alto en la cocina con 166.700 µW/m2, en la sala de estar con 147.100 µW/m2, la biblioteca 20.000 µW/m2 , y el dormitorio 19.600 µW/m2. Estos resultados contrastan con la sala de recreo del sótano con 0,9 µW/m2 y la oficina del sótano con 0,8 µW/m2.
Los niveles que se registraron para radiofrecuencias anteriores a 5G fueron significativamente más bajos, en concreto de UMTS 3G con 178 µW/m2, GMS 900 con 150 µW/m2, y GSM 1800 con 130 µW/m2 , todos ellos medidos en el dormitorio.
Imagen de inicio de la pareja de personas mayores: Freepik.
Síntomas en la salud
Los resultados del estudio muestran que la mujer de 82 años tenía desde antes síntomas que pueden ser atribuidos a hipersensibilidad electromagnética. Sobre una escala de 10 grados, los calificó como máximo con grado 3, y por lo tanto, no se le hacía muy cuesta arriba vivir con ellos. Sin embargo, tras la exposición a 5G se le produjeron síntomas, de grado 4 ó más, típicos de la electrohipersensibilidad. Hablamos de dolor de cabeza, disestesia (sensaciones de dolor o picor en la piel), mialgia/artralgia, hiperacusia (tolerancia reducida al sonido), mareos, trastornos del equilibrio, dificultad de concentración, fatiga (cansancio extremo), despertar nocturno, sensibilidad a la luz, distermia corporal global (trastorno de regulación de la temperatura), disnea (dificultad para respirar), y los trastornos de la piel que fueron prominentes. Los más graves fueron disestesia grado 9 y fatiga grado 8.
El marido de la mujer, de 83 años, estaba desde antes bastante saludable, sólo con algo de mialgia/artralgia y disnea que no fueron atribuidas a la radiación de microondas. Dichos síntomas aumentaron a los grados 8 y 9, respectivamente con la entrada del 5G. También desarrolló nuevos síntomas como hiperacusia, fatiga, despertar nocturno, irritabilidad y ardor en la piel todos ellos de grado 4 ó más. Y otros síntomas menos acusados fueron disestesia, mareos, trastornos del equilibrio, tendencia a la depresión, angustia emocional, opresión en el pecho, tos, náuseas y moretones/hemorragias en la piel.
Hasta aquí el último estudio de caso publicado sobre los efectos en la salud de las antenas 5G. En mi opinión, tanto en este como en anteriores estudio de caso lo que las nuevas antenas de telefonía, ya sean 4G, 5G o ambas a la vez, están provocando en la salud de las personas previamente predispuestas son síntomas de electrohipersensibilidad reversibles pero que podrían llegar a ser más permanentes e incapacitantes si la exposición no cesa.
Por tanto, podemos buscar soluciones mediante una reducción en los niveles de emisión de las nuevas antenas por parte de las empresas de telecomunicaciones -presentando un informe de los niveles de exposición bien fundamentado-, o bien a través de la incorporación de protecciones frente a radiofrecuencias en el interior de la vivienda -previo estudio técnico de radiaciones-, o bien y si no queda otra, con el traslado de las personas afectadas a viviendas menos contaminadas.
Conocer los niveles de contaminación electromagnética presentes en su hogar debería facilitarle la toma de decisiones tanto para prevenir como para evitar más daños en su salud y la de sus familiares, o bien descartar que estos se deban a las radiaciones.
♦ Contacte con nuestro servicio técnico de Medición de Radiaciones si desea saber a que niveles se está exponiendo actualmente en su vivienda o centro de trabajo.