Dos nuevas evaluaciones de investigación encargadas y financiadas por la Organización Mundial de la Salud demuestran que existe “evidencia muy sólida” de que la exposición a los campos electromagnéticos de altas frecuencias causan dos formas de cáncer y reducen las tasas de embarazo.

Los campos electromagnéticos causan cáncer

La evaluación de los efectos del cáncer observados en estudios con animales se publicó el 25 de Abril en  Environmental International . La conclusión extraída de las investigaciones combinadas hasta la fecha es que hay «evidencia muy sólida» de que la radiación de microondas o de radiofrecuencias emitida, por ejemplo, por teléfonos móviles, antenas de telefonía y routers WiFi aumenta el riesgo de tumores cerebrales malignos (glioma) y schwannoma maligno del corazón, el mismo tipo de tumor que causa los tumores del nervio auditivo. En estudios con usuarios de teléfonos móviles se ha informado repetidamente de un mayor riesgo de estas dos formas de tumores en estudios epidemiológicos desde hace algo más de 20 años.

Ilustración del corazón humano

Se encontró además que hay «evidencia moderadamente cierta» de que la radiación de los teléfonos móviles también aumenta el riesgo de tumores raros en el hígado y las glándulas suprarrenales.

Campos electromagnéticos y fertilidad

El 22 de abril de 2025, también se publicó en Environmental International una corrección importante a una revisión previamente publicada sobre los efectos de los campos electromagnéticos de radiofrecuencia sobre la fertilidad masculina en estudios con animales. La primera versión del artículo había sido publicada un año antes, pero tras observarse errores que afectaban a las conclusiones, se ha publicado esta corrección con nuevas conclusiones.

Las conclusiones a las que se ha llegado ahora son que, basándose en estudios experimentales con animales, hay «evidencia muy sólida» de que la radiación de microondas o la radiación de radiofrecuencia emitida por la tecnología inalámbrica reduce el número de embarazos.

Se necesita una acción inmediata

La Comisión Internacional de Protección Radiológica (ICBE-EMF) pide en un comunicado de prensa con motivo de la evaluación del cáncer «medidas políticas inmediatas para proteger la salud pública y el medio ambiente». Advierten “que nuevos retrasos podrían tener graves consecuencias dado el aumento global en el uso de equipos de comunicaciones inalámbricas”. Además, a la luz de la evidencia muy sólida, solicitan que “los que toman las decisiones en todo el mundo adopten medidas inmediatas para revisar los límites de exposición a la radiación de altas frecuencias para proteger la salud pública y el medio ambiente”.

Señalan además que los mismos tipos de tumores observados en estudios con animales “también se observaron en estudios con humanos, lo que proporciona una confianza significativa de que las asociaciones observadas en estudios con humanos son reales”. Además de la evidencia moderadamente cierta de tumores raros en el hígado y las glándulas suprarrenales, la ICBE-EMF también señala que algunos estudios han indicado un posible vínculo con el linfoma.

Ron Melnick, uno de los expertos de la ICBE-EMF, señala:

La evidencia es clara: la radiación de los teléfonos móviles puede causar cáncer en animales, al igual que los tipos de tumores identificados en estudios con humanos que usan teléfonos móviles. Dado que los estudios con animales son esenciales para predecir el riesgo de cáncer en humanos, los gobiernos deberían desarrollar normas de seguridad con base científica para proteger la salud humana.

 

La conclusión del estudio encargado por la Organización Mundial de la Salud demuestra que la suposición, sostenida durante mucho tiempo y en la que se basan los límites actuales, de que la radiación de radiofrecuencia de los teléfonos móviles solo puede causar daño mediante el calentamiento de los tejidos es incorrecta.

Cumplen con los criterios para su clasificación como carcinógenos

Joel Moskiwitz, también del ICBE-EMF, señala:

“La gran mayoría de las investigaciones publicadas desde 1996 demuestran efectos biológicos y para la salud adversos de la exposición prolongada a niveles bajos de radiación de radiofrecuencia inalámbrica modulada o pulsada”.

El oncólogo e investigador sueco Lennart Hardell declaró a The Defender que ahora hay suficiente evidencia para clasificar la radiación de los teléfonos móviles como cancerígena para los humanos, Grupo 1, según el sistema de clasificación de cáncer de la IARC.:

“Ahora tenemos resultados similares de mayor riesgo de glioma y neuroma acústico en la epidemiología humana, estudios de laboratorio en animales y estudios mecanicistas, por ejemplo de estrés oxidativo reactivo con daño del ADN”, afirma. “Estos resultados cumplen los criterios para ser cancerígenos para los humanos”.

Hasta aquí la noticia publicada este mes en La Fundación Sueca para la Protección Radiológica: