Un nuevo estudio científico demuestra que los bebés expuestos a altos niveles de radiación en el hogar proveniente de tecnología inalámbrica tienen un mayor riesgo de un desarrollo neurológico deficiente, en comparación con los niños que viven en hogares con niveles más bajos de radiación. Esto se aplica especialmente a áreas como la motricidad fina y la resolución de problemas, fundamentales para el aprendizaje futuro del niño y sus funciones cotidianas.
Medición de la radiación en los hogares
En este nuevo estudio revisado por pares, investigadores del Instituto MGM de Ciencias de la Salud en Navi Mumbai (India) midieron la radiación de radiofrecuencia reales en los hogares de los niños participantes, proveniente de antenas de telefonía móvil, routers WiFi, teléfonos móviles y otros equipos que emiten ondas electromagnéticas.
Las mediciones se realizaron con un medidor de radiación homologado de la marca Narda y modelo SRM 3006. El estudio realizó un seguimiento de 105 bebés desde su nacimiento hasta el año de edad, recopilando un total de 261 observaciones.
Los hogares se dividieron en tres grupos según los niveles de radiación medidos:
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Baja radiación: mediana 620 µW/m²
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Radiación media: mediana 8.660 µW/m²
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Radiación alta: mediana 32.360 µW/m²
Los problemas de desarrollo y su relación con los bebés expuestos a altos niveles de radiación
El desarrollo de los niños se evaluó utilizando el Cuestionario de Edades y Etapas (ASQ-3), que examina cinco áreas: habilidades motoras gruesas, habilidades motoras finas, comunicación, resolución de problemas y comportamiento personal/social.
Los resultados mostraron que los bebés que vivían en hogares con alta radiación (media de 32.360 µW/m²) en comparación con los niños del grupo de baja radiación (media de 620 µW/m²) tenían:
- Casi tres veces mayor riesgo de necesitar seguimiento o derivación en habilidades motoras finas.
- Riesgo 3,5 veces mayor de problemas de desarrollo en la resolución de problemas.
- Tendencia hacia un mayor riesgo de necesitar seguimiento o derivación con respecto a las habilidades de comunicación (el resultado no fue estadísticamente significativo).
- Los hogares con radiación media-alta (mediana 8.660 µW/m²) también mostraron un mayor riesgo de peores habilidades para la resolución de problemas (ORa: 3,13) y una tendencia (no estadísticamente significativa) a un impacto en el desarrollo personal/social (ORa: 2,67) y peores habilidades de comunicación (ORa: 2,31).
El bajo peso al nacer aumenta el riesgo
El bajo peso al nacer (<2.500 gramos) fue en sí mismo un fuerte factor de riesgo para el deterioro de las habilidades motoras finas (ORa: 4,19) y de la resolución de problemas (ORa: 2,57), independientemente de la exposición a la radiación.
WiFis, móviles y otros dispositivos inalámbricos
Curiosamente, el estudio no encontró asociaciones estadísticamente significativas entre el desarrollo de los niños y la distancia entre el hogar y la antena de telefonía celular más cercana, probablemente porque incluso los hogares alejados de las antenas podrían tener a los bebés expuestos a altos niveles de radiación en su interior, por ejemplo, de los WiFis, teléfonos móviles y otros dispositivos inalámbricos que pueden emitir una radiación significativa.
Conclusiones sobre bebés expuestos a altos niveles de radiación y los retrasos en el desarrollo
Los investigadores señalan que incluso después de tener en cuenta otros factores, como el bajo peso al nacer, vieron que la alta radiación en el hogar estaba asociada con peores resultados de desarrollo.
Los investigadores sugieren que los bebés que viven cerca de antenas de telefonía móvil o en viviendas con muchos dispositivos inalámbricos (como routers Wi-Fi, tabletas y teléfonos inteligentes) deberían ser observados más de cerca con respecto a su desarrollo cognitivo y motor.
Este es uno de los pocos estudios que realmente midió la radiación directamente en los hogares, y no se basó únicamente en cuestionarios sobre el uso del teléfono móvil. Los investigadores creen que los resultados son lo suficientemente preocupantes como para impulsar nuevas investigaciones y una mayor concienciación entre los padres de niños pequeños.